jueves, 24 de junio de 2010

Pliegos de cordel: aleluyas y romances de ciego


El procedimiento de cuadricular una superficie para dibujar o grabar algo en cada cuadrícula, para desarrollar un tema, es viejísimo y ya lo podemos hallar en los frisos del Partenón, en la columna de Trajano y en los retablos medievales y renacentistas, con las vidas de los santos y sus milagros, desarrollados de modo cronológico.
Junto a la literatura destinada a las clases cultas de la sociedad hubo en los siglos XVIII y XIX en España otra que hizo llegar a las clases populares relaciones, romances de ciego, almanaques, gozos y aleluyas. Se llamó «literatura de cordel» por estar expuestos a la venta los pliegos colgados o prendidos de una cuerda y cogidos con un trozo de caña a modo de pinza para evitar que se los llevara el viento. Las aleluyas (una serie de dibujos contenidos en un pliego de papel con los que explican un asunto, generalmente con versos pareados al pie) y los pliegos sueltos son páginas impresas en papel barato, sin encuadernar, destinadas a una lectura rápida. La extensión de estos pliegos era variable, generalmente de una a cuatro páginas.
Los romances de ciego
Los llamados "Romances de Ciego" son composiciones en verso, que no necesariamente responden al modelo literario del romance. Generalmente son de autor anónimo y versan sobre relatos de hechos más bien recientes y localizados, que impresionaron a las gentes por su dramatismo o truculencia, o por su desenlace trágico.
Durante el siglo XVIII, comenzó a hacerse frecuente en calles y plazas la figura del ciego coplero que, a cambio de unas monedas, relataba a las gentes el horroroso crimen de Don Benito o los aciagos amoríos de una humilde costurera. Para ilustrar su historia, el ciego llevaba a veces un cartelón con viñetas que, a manera de secuencias mudas pero más que expresivas, iban mostrando las acciones de los personajes, casi como un cinematógrafo inmóvil y rudimentario. Los oyentes se arremolinaban en torno al coplero, pedían bises para intentar memorizar el relato y, los más pudientes, compraban por unos reales el plieguecillo con el romance impreso, que guardaban con mimo hasta que la memoria –a fuerza de repetir- perpetuaba para siempre la copla.
Por lo menos hasta después la Guerra Civil la voz ronca y monótona del coplero encantó los oídos de niños y grandes, sugiriendo los misterios y sucesos curiosos o extravagantes, pero de seguro ciertos, porque así lo decía el romance, que atestiguaba sin tapujos el lugar y la condición de protagonistas y sucesos.
Para ilustrar su historia, el ciego llevaba a veces un cartelón con viñetas que, a manera de secuencias mudas pero más que expresivas, iban mostrando las acciones de los personajes, casi como un cinematógrafo inmóvil y rudimentario. Los romances de ciegos solían comenzar con una llamada de atención similar a ésta:

"Hombres, mujeres y niños,
mendigos y caballeros,
paisanos y militares,
carcamales y mancebos.
El que ya no peina canas
porque se quedó sin pelo,
y el que el tupé se compone
con bandolina y ungüento..."

Si la narración era larga, para evitar que se le marchara la clientela, hacían intermedios que a veces aprovechaban para vender medicinas, cartas, o el típico calendario zaragozano, y anunciaban la continuación de la siguiente manera:

"Fin de la segunda parte,
éstas dos no pintan nada,
la tercera es la que vale..."

El final irremisiblemente solía ser una invitación a la compra del pliego, si les había gustado el recitado:

"Y aquí se acaba el romance
que en el pliego escrito está,
sólo dos céntimos cuesta
a quien lo quiera llevar".

Edición de El crimen de la calle fuencarral










Para saber más:
http://findesemana.libertaddigital.com/el-crimen-de-la-calle-fuencarral-1276229893.html

Versión didáctica



El mejor blog que se puede encontrar en internet es el de Antonio Lorenzo, Almanaque, que  recoge,  con acertados comentarios, múltiples y variados pliegos de esta literatura popular que refleja las características de la sociedad española en distintas épocas. Casi un libro de amena lectura y excelente documentación. 

Para saber más:
http://cuestadelzarzal.blogia.com/2010/022301-arte-poetica-del-romancero-oral.-los-textos-abiertos-de-creacion-colectiva-14-.php que recoge testimonios interesantes de Unamuno y Pío Baroja.
http://www.aliste.info/Cuarteron.asp?titulo=Romances&Encabezado=Romances%20de%20ciegos
http://www.aldeadelpinar.com/costumbres/canciones/romances/romances.html

Documentos sonoros:

Terrible crimen cometido en Zamora, cantado por Inés Rodríguez Gazapo, grabada en el año 1992, contando con la edad de 82 años.
Mañanita de san Juan cantada por Nieves Mª Nieves Garcia Sanz(77 años).

Unidades didácticas:
http://www.juandevallejo.org/lectora_files/ciegos.pdf
http://angarmegia.wikispaces.com/Romances+de+Cordel

Libro de romances de ciego


Documento visual
Al comienzo de la película El crimen de Cuenca

1 comentario:

Almanaque dijo...

Mi enhorabuena, Mª Ángeles.
Buceando por internet y buscando documentación sobre 'pliegos del cordel' me encontré con tu blog.
Te sugiero consultar el mío, donde trato también de estos mismos temas que te interesan:

adarve5.blogspot.com.es

Además, soy casi vecino de tu instituto pues escribo desde la Colonia de la Prensa, a apenas unos minutos de donde impartes clases.
Un saludo muy cordial.

Antonio Lorenzo

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